Francisco Javier Cabrera Vázquez, Supervisor de enfermería en el Centro Penitenciario de Asturias. Enfermero del cuerpo de enfermeros de  Instituciones Penitenciarias (II.PP), con 34 años de experiencia.

Recientemente el Colegio de Enfermería  de Asturias, Codepa, ha desarrollo la primera jornada sobre salud mental en contextos penitenciarios ¿qué desafíos y perspectivas hay al respecto?

La atención a la salud mental en instituciones penitenciarias  presenta desafíos estructurales y asistenciales al igual que los diferentes modelos que se está desarrollando en la comunidad. La prevalencia de problemas de salud mental, la coexistencia con adicciones, el riesgo suicida y la complejidad de un entorno residencial, exigen una respuesta integral, coordinada y especializada. Desde el Programa PAIEM, se trabaja en la captación, seguimiento y vinculación de las personas privadas de libertad (PPL) con problemas de salud mental, promoviendo la continuidad asistencial y la humanización del cuidado. La perspectiva es avanzar hacia modelos más comunitarios, centrados en la persona y el respeto a los derechos.

¿Qué datos preocupantes arrojan los estudios sobre la salud mental de los profesionales sanitarios que desarrollan su labor en los centros penitenciarios?

Desde la práctica asistencial se reconoce que el entorno penitenciario presenta características singulares que pueden influir en el ejercicio profesional: la atención a personas con patologías complejas, la gestión de situaciones urgentes en contextos de seguridad, y la necesidad de coordinación con múltiples dispositivos. Estas circunstancias requieren de capacitación técnica, habilidades comunicativas y una estructura organizativa que favorezca el trabajo en equipo y la protección del profesional.

¿Son preocupantes estos datos?

Desde una perspectiva organizativa, cualquier circunstancia que pueda afectar al desempeño profesional en contextos asistenciales debe ser objeto de análisis y mejora. El entorno penitenciario presenta particularidades que requieren una planificación adecuada, protocolos claros y una estructura que favorezca la intervención sanitaria con seguridad. En este sentido, resulta pertinente seguir avanzando en la formación y el reconocimiento del trabajo enfermero en este ámbito, unificando la práctica asistencial y los procedimientos.


Hasta la fecha este tema siempre ha estado solapado ¿urge dar visibilidad a esta problemática?

Dar visibilidad es el primer paso para generar conciencia, promover cambios estructurales y avanzar hacia una atención más justa, equitativa y centrada en las personas. Pero todo es poco, los sábados y miércoles no tenemos médico presencial. Podemos tener médico telemático dependiendo de la demanda de otros centros penitenciarios. La telemedicina está muy desarrollada en la enfermería militar por razones obvias y en II.PP. se está desarrollando y parece que es, sino hay transferencias, para quedarse. Pero es que en la calle también hay ausencia de médicos. En Cataluña, en atención primaria, la enfermera es puerta de entrada al sistema de salud.

¿Qué apoyo están recibiendo por parte del Colegio de Enfermería de Asturias para dar visibilidad a esta problemática?

La organización de esta primera jornada específica por parte de Codepa es un hito relevante. Supone un reconocimiento institucional a la labor enfermera en contextos penitenciarios y abre un espacio para compartir experiencias, generar propuestas y visibilizar una realidad compleja. Esperamos que esta iniciativa tenga continuidad y se traduzca en formación, investigación y defensa de los roles de esta profesión en este contexto.

¿Qué tipo de patologías son más frecuentes en el ámbito penitenciario?

Las patologías más prevalentes en la población penitenciaria son muy similares a las de las personas en la comunidad. En el contexto penitenciarios, la atención sanitaria programada contempla dispositivos específicos para el abordaje de estas patologías, incluyendo seguimiento clínico, educación para la salud, coordinación con especialistas y programas de prevención y reducción de daños, lo que se traduce en actuaciones concretas en salud mental (Programa PAIEM), adicciones (Plan REDUCES), enfermedades crónicas (HTA, DM, VIH, VHC) y riesgo cardiovascular,  permitiendo una intervención integral, adaptada a las necesidades reales de la población..

¿Cómo se actúa ante una urgencia médica dentro del centro?

Ante una urgencia vital, el protocolo contempla la activación inmediata del dispositivo asistencial. Se interviene conforme a los protocolos establecidos, priorizando la estabilización de la persona afectada y, si procede, activando el servicio de emergencias 112 para derivación hospitalaria. Esta actuación se registra en la Historia Clínica Digital (HCD-OMI) y se coordina con el dispositivo disponible, garantizando la trazabilidad, la seguridad clínica y el cumplimiento legal. 

¿Qué medidas de higiene y control de infecciones son prioritarias en prisión?

Las medidas prioritarias incluyen cribados poblacionales en situaciones epidémicas o pandémicas, programas de vacunación, control de tuberculosis, esterilización y reposición de material, supervisión de la higiene en módulos residenciales y control de seguridad alimentaria. Estas acciones son esenciales para prevenir brotes y proteger la salud de la población penitenciaria y del personal y están protocolizadas desde hace años en este medio.