Diplomada Universitaria en Enfermería. Especialista en Enfermería Familiar y Comunitaria. Cuenta con 16 publicaciones, dos de ellas libros completos y más de 20 aportaciones en congresos nacionales e internacionales y cinco participaciones en proyectos de investigación. Actualmente es responsable del consultorio periférico de Villabona de Asturias, del Centro de Salud de Llanera, desde 1985. Recientemente ha recibido “El reconocimiento a la mejor enfermera comunitaria 2023"



Recientemente ha recibido “El reconocimiento a la mejor enfermera comunitaria 2023” ¿Qué supone para usted como profesional?
Un reconocimiento a la actividad a la que he dedicado mi vida y que he realizado con gran pasión y lo mejor que he sabido y podido. He de decir que llega casi como colofón, en un momento en el que estoy finalizando esta etapa.
Además considero que con este premio, no solo se me premia a mí de forma individual, sino que es un reconocimiento a todas las profesionales que hemos tratado de dignificar nuestra profesión intentando dar lo mejor de nosotros mismos, en el servicio a la comunidad.

Se le otorga la sociedad científica Asociación de Enfermería Comunitaria en Madrid ¿Tiene más valor por venir de la mano de compañeros profesionales de la enfermería como usted?
Los mejores reconocimientos son los que recibes de “tus iguales” que son los que conocen más de cerca y mejor el trabajo de las enfermeras comunitarias y si además te lo concede una sociedad científica de una calidad y compromiso con la enfermería sobradamente demostrado como la AEC el orgullo y honor que representan para mí son difíciles de explicar.
 Con todo esto no me quiero olvidar de la consideración y el afecto de las personas a las que has atendido en algún momento de su vida, porque para mí “son impagables”.
-Su labor profesional se desarrolla en la atención primaria, en un consultorio periférico, en Villabona (Llanera) ¿Cómo se vive y se ve la profesión en una población rural?
Es un ámbito ideal para desarrollar la enfermería comunitaria, te permite una gran cercanía y verdaderamente conoces a las personas, a sus familias, a su entorno, a las redes sociales que teje la comunidad, los recursos de los que disponen… al llevar mucho tiempo en la zona se consigue una gran longitudinalidad de los cuidados. He sido testigo y he ayudado cuando ha nacido un nuevo miembro, cuando ha fallecido un abuelo, en crisis familiares, a afrontar verdaderas tragedias. La población te conoce y te reconoce todo lo que puedes aportar.

Háblenos un poco de las necesidades y dificultades que atraviesa la atención primaria ¿Cuáles son los principales retos que afrontará en los próximos años?
Me entristece la situación actual, la AP ha perdido la esencia de lo que fue y debería ser, se ha perdido el concepto de equipo que atiende globalmente a una población, se ha disgregado la organización, se ha abandonado la intervención comunitaria, la salud pública… que asumíamos en las primeras etapas.
Por otra parte no se está siendo capaz de asumir los nuevos retos y los nuevos condicionantes que nos presenta la sociedad actual y mucho menos la que viene.
A quienes trabajamos en la base nos da la sensación de que se han dado palos de ciego, que se ha ido cargando de tareas mal planificadas y sobre todo sin dimensionar los recursos que serían necesarios

¿Cómo se trabaja la prevención, con las necesidades sanitarias que padece una población tan envejecida como la asturiana y más en la zona rural?
Como he dicho es un terreno excepcional para desarrollar la enfermería comunitaria, conoces a la comunidad, sus necesidades y sus recursos. Además tenemos el honor de que nos consideren referentes, tu palabra tiene valor.

También es profesora colaboradora en la Facultad de Enfermería de Gijón. Las escuelas de enfermería de Asturias gozan de mucho prestigio ¿Qué retos afronta la docencia en la profesión?
He colaborado desde siempre en la formación práctica de los estudiantes y puntualmente en alguna actividad docente, y recientemente me he incorporado con dedicación completa y de forma temporal a la Facultad de Enfermería de Gijón. Es asombroso el esfuerzo, la dedicación y la orientación que dan a los estudiantes todo el equipo docente, y por lo que conozco lo mismo ocurre en la de Oviedo. Desde fuera no se percibe la intensidad de trabajo que desarrollan.
Como retos se podría decir que está el conseguir los recursos que son precisos y que actualmente escasean, que se les tenga en consideración a la hora de tomar decisiones en las que están implicados y hacia el estudiantado el reto es avanzar en la formación de enfermeras críticas y comprometidas con el sistema sanitario y sobre todo con la sociedad a la que se deben ¡no es poco!

¿Cómo ve la labor que desarrolla el Colegio de Enfermería de Asturias, sobre todo a nivel formativo y a la hora de dar visibilidad la labor de las enfermeras?
Respecto al Colegio solamente decir ¡quién lo ha visto y quién lo ve! Quienes hemos conocido y sufrido la desoladora realidad anterior y solamente podemos estar agradecidas del esfuerzo que con honestidad está haciendo el actual equipo. El Colegio ha empezado a ser de todas las enfermeras asturianas y por lo que conozco está abierto a todas las iniciativas que se quieran plantear, es responsabilidad de todos el hacerlo.

¿Según su experiencia profesional cuáles son los principales retos que afrontará la profesión en los próximos años?
Lo fundamental es que se empiece a reconocer y a posibilitar la aportación que nuestra profesión puede y debe hacer a la salud de la población. Pasar de ser una profesión de segunda a ocupar el espacio que nos corresponde tanto por formación académica como por la aportación que hacemos y eso se ha visto en la pandemia del Covid a todos los niveles, aunque parece que la memoria colectiva es muy frágil. La visión enfermera también debe estar cuando se toman decisiones al más alto nivel y de momento no se la ve demasiado.
En cuanto a la enfermería comunitaria, es imprescindible que se reconozca la especificidad del trabajo y la especialidad necesaria para ejercerlo. Hay que establecer la intervención comunitaria como una necesidad imperiosa, poner el foco en la salud y no quedarnos solo en la atención clínica a la enfermedad ¡que también es importante! Empoderar a la población para que sean sujetos activos en la gestión de su salud, para incrementar la salud y que haya menos enfermedad y esta sea autogestionada con más eficacia. La Atención Primaria y todo el Sistema Sanitario necesitan imprescindiblemente la aportación de las enfermeras o se asume esto o no le veo salida a los problemas que nos ahogan actualmente.