Rosa Ana Blanco Trabanco. Diplomada en enfermería por la Universidad de Barcelona. Nivel 2 (Grado) del Marco Español de Cualificaciones para la Educación Superior y el nivel 6, del Marco Europeo de Cualificaciones. Desde marzo del 2017 forma parte de la unidad de educación en diabetes del área IV.

-La Educación diabetológica es una parte fundamental en el tratamiento de la persona con diabetes y su familia. ¿qué orientaciones les proporcionan a los pacientes que acaban de ser diagnosticados con esta enfermedad?

Lo primordial es decirles que lo que vamos a hacer es adaptar la diabetes a su vida y no al revés y a partir de ahí trabajaremos con programas estructurados, donde tratamos: alimentación, ejercicio, técnica y manejo de insulinas, ADOS, hipo e hiperglucemias, factores de riesgo cardiovascular, pie diabético…

-El trabajo colaborativo entre la persona con diabetes, familia y equipo de salud es imprescindible ¿Está el sistema sanitario dotado con recursos suficientes para hacer frente a este trabajo en equipo?

Sería bueno contar con una consulta colaborativa, bien organizada, como ya tiene el equipo médico y que en su momento ya se planteó desde la dirección de enfermería.

-¿Qué es necesario para un buen control de la diabetes?

Una buena educación terapéutica. Ya en el año 1908 en New England, el doctor Elliot P. Joslin con la colaboración de la escuela de enfermería desarrolló un programa de instrucción, educación sanitaria y dietoterapia. De él es la frase: “la educación en diabetes no es parte del tratamiento, es el tratamiento”.

Afortunadamente contamos con tecnología, medidores de glucosa, infusores de insulina, aplicaciones…que nos ayudan a llevar un buen control y nos facilitan el manejo de la diabetes.

-¿Los programas de educación terapéutica dirigidos a esta problemática están resultando eficaces?

Sí, por supuesto. Actualmente hay muchos menos casos de complicaciones de la diabetes que había hace unos años. Aun así, quedan cosas por hacer, se necesitan más profesionales tanto educadores, como psicólogos clínicos, nutricionistas, preparadores físicos. Esta es una patología crónica y muy “agotadora” para el paciente, necesitan mucha motivación.